El cibercrimen ha adoptado un modelo empresarial del delito. Es una industria estructurada y muy profesional que mueve miles de millones de euros al año. Los delincuentes buscan, como siempre, un beneficio económico. Infectan los ordenadores o dispositivos móviles, roban toda la información que luego pueden transformar en dinero y venden su mercanía, o sus servicios, en el mercado negro de Internet.
Todos lo hemos visto en las pelis, o en las novelas policíacas. Cuando se descubre un crimen llegan los agentes, investigan, recogen las pruebas... ..¿Pero qué pasa cuando estamos ante un delito informático, cuando la escena del crimen no existe más que en la red?. Bueno, pues ahí entran en acción los peritos informáticos forenses. Son expertos en seguridad y también una de las profesiones más demandadas en el mercado.